Siempre que se nos aproxima a fecha de un examen muchas cosas pasan por nuestra cabeza. La ansiedad puede apoderarse de nuestra mente, sea pensando en cuán difícil podría ser el examen, en cuánta nota nos falta para aprobar o en qué tan estricto es el profesor.
Estos pensamientos o dudas se pueden apoderar de nosotros a pesar de haber estudiado. Y se manifiestan con distinta intensidad en cada uno de nosotros. Es en esas ocasiones cuando podemos templar nuestra personalidad: No nos puede ganar la ansiedad. Debemos afrontar cada paso a su tiempo, sabiendo que si nos esforzamos lograremos alcanzar nuestras metas.
De seguro, algunos de nuestros compañeros sólo se conformarán con alcanzar la nota mínima para aprobar, sabiendo que casi la han alcanzado; otros simplemente al no gustar del curso no se preocupan porque ya se dieron al abandono; con algunos otros ocurre todo lo contrario, al estar desesperados repasando todo en pocas horas, queriendo aprender a última hora algo de su cuaderno o de su libro; existen también aquellos que sí se han preparado para sacar una buena nota, ellos están relativamente calmados antes de un examen, pero igual -de seguro- pueden sentir algunas dudas.
Estos pensamientos son normales y las manifestaciones mencionadas, entre otras, se pueden presentar según la personalidad de cada alumno. No obstante, existen mecanismos uniformes que se pueden aplicar siempre antes de un examen en forma indistinta. Estos mecanismos son simples y sencillos, se basan sobre todo en la paciencia, serenidad, y en la asesoría adecuada por parte de personas que dominan los temas del examen. Estos asesores pueden ser nuestros compañeros con mejores notas o asesores externos que ya tienen mucha experiencia en la enseñanza.
Para un examen de todo un periodo (bimestral, trimestral, parcial, final, etc.) nos preguntamos si es conveniente amanecerse la víspera estudiando. La mejor respuesta es evitar dormir mal o pasar mala noche. Eso hará que durante el examen se aumente el estrés por la falta de sueño; por ello un día antes del examen sólo conviene tratar de aprender datos específicos o repasar lo recomendado por nuestro asesor en ciencias sin sacrificar el descanso o sueño.
Cuando ya faltan pocas horas antes del examen no se recomienda el tratar de aprender todo en forma desesperada sino repasar en forma calmada. Cuando ya faltan minutos antes del examen lo más recomendable es relajarse por completo, no buscar distraerse con cosas importantes, pero sí con cosas que pueden relajarnos de tal manera que nuestro cerebro se relaja y no se agota para tener el mejor desempeño durante la evaluación. Esto puede ser conversando con nuestros compañeros, recordando alguna anécdota o cosas graciosas, evitando sobre todo hablar de la evaluación inminente.
La calma y la ausencia de estrés son nuestros mejores aliados antes del inicio de un examen.
Luis Chávez
Director Académico
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