La práctica hace al maestro
En la escuela, a cada tema nuevo había siempre (en muchos) esa expectativa por aprenderlo. Era, claro, respondiendo a la motivación de la maestra o maestro, quien, con su dedicación, pedagogía y recursos propios, engendraba en cada uno de nosotros un “devorador de conocimiento”.
Cuando las notas no eran las que uno esperaba, entrábamos a la disyuntiva entre darnos al abandono o insistir hasta comprender el tema al 100%. Es ahí cuando se define uno mismo: o se compromete con los desafíos o simplemente los evade.
El hecho de sentir las ganas de saber, de comprender, de poder desarrollar cualquier problema dado, hace que el tiempo (lo más preciado que tenemos mientras vivimos) dedicado al estudio no sea sino un momento de concentración, relajamiento y satisfacción. Porque cada vez que hacías más y más ejercicios podías sentir que ya estabas preparado y que tu decisión de dedicar tiempo a ello fue la acertada.
¿Te va a costar mucho?
Pensar en todo el esfuerzo que tendrás que poner para dominar un tema es como pensar en lo que te costará terminar un libro de muchas páginas al comenzar a leerlo. Y si vemos un poco más allá, caeremos en la cuenta de que tampoco vale pena pensar en ello.
Llegar por uno mismo a sentir ese compromiso no es muy común -hoy en día- lamentablemente. Pero por suerte hay gente que puede encaminar a un alumno hacia ese derrotero, que al final, traerá muchas satisfacciones a cada uno y a sus familias.
Pedro Heredia
Coordinador General
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
+51 999 118 728